Como estamos en el mes de terror
y a veces uno se queda solo y no nos invitan a las trinchs fiestas de Halloween
(Pinches gachos. Sniff sniff…), o si planean hacer algo en amigos, les
recomiendo ver películas de terror. Pero para evitar en volver a ver los
clásicos (O cliches), ahí les van películas buenas y frescas de terror para ver
en bola.
Suspiria – Dario Argento.
Una película donde una joven
bailarina de ballet que aspira a ser la mejor va una academia prestigiosa en
Alemania, hasta que descubre cosas extrañas, al grado que va viendo cómo afecta
la vida de ella y sus compañeras.
Una película muy única en su
manera de contar. Con unos colores intensos y escenas impactantes, que se nos
quedara muy marcados en nuestra memoria. Con excelentes actuaciones, y la
participación de un muy joven Miguel Bose. Creo que lo único negativo de este
largometraje de terror, son los efectos especiales que emplean para hacer gore.
Ya se siente añejo, pero no le resta lo perturbador que se ve.
El día que escuche por vez
primera a Bob Dylan, tenía 18 años y fue en un documental de Vh1. Se llamaba
Seven Age of Rock, donde describían como evoluciono el rock. Desde cuando los
primeros jóvenes blancos imitaban el blues, de ahí hacia el rock Hippy y subversivo
de los 60´s.
Una cosa que me llamo la
atención, fue que Jimmy Hendrix no se atrevía a cantar ante el público, por
sentir pena de que su voz no fuera agraciada, hasta que escucho a un joven
llamado Bob Dylan, que componía unas letras fantásticas, pero cantaba con una
voz poco agraciada. Con eso le basto para derrumbar el muro de miedo que
evitaba brincar a la siguiente etapa.
Algo curioso de esa parte, es que
muchos cantantes de rock le tienen un gran respeto a Bob Dylan, porque fueron
su inspiración para ser rockeros y saber que se puede profundizar en un género
tan rebelde.
Bruce Springsteen narra de como escucho
por primera vez una de las canciones más icónicas de Bob Dylan: Like a Rolling
Stone.
Cuando la escuche, lo primero que
impacta es el madrazo de la batería y luego la pianola acompañándola. Luego
llega la voz incontrolable y honesta de un joven Dylan, cantando sobre una
mujer a la que amo y que fue menospreciado. Preguntando qué se siente tener
todo y luego ya no tener ni un lugar donde dormir; como una piedra rodante.
Al principio no pude apreciar
bien su trabajo como compositor por mi falta de inglés, pero había algo mágico que
me gustaba escucharlo. Era hipnótico, indescriptible y único. Hasta que pasaron
unos años y me topé con un locutor de radio que llevaba años perdido de mi
radar (Sergio Zurita). Ahí se acentuó más mi gusto por Dylan y su arte lírico.
Se abrieron más mis oídos y mi comprensión hacia el inglés.
Ahora, ¿de que canta Bob Dylan? De
todo. De amor, de desamor, de lucha social, de viajes oníricos, de borracheras,
de Dios y el Diablo, de ser libre, de luchar por lo que uno quiere, de la vida
y la muerte, de descansar de un día arduo, de ser alguien en este mundo. De
TODO.
No hay artista más completo y
maravilloso en el habla inglés, y me alegra que se haya ganado el Nobel de
Literatura en este día. Si no saben nada de él, este es el momento de buscar su
trabajo y apreciarlo. No se arrepentirán en dedicarle al Picasso del Rock.
La noche pasada estaba pensando
que hacer en mi casa para entretenerme y eventualmente caer dormido. Estaba meditando
si ver una película, ver una serie o caricatura, leer o jugar, hasta que me
cayó el veinte de algo. JAMAS tuve un PS2 durante mi adolescencia y me quede
con ganas de jugar algunos de sus juegos icónicos de su catálogo.
Como soy un codo y se desato una
moda de coleccionar juegos viejos que ha causado que se disparen los precios (En
serio. ¿Más de 500 pesos por un trinche juego de hace 10 años? Paso), ya que no
pienso gastar mucho dinero en revivir viejas glorías del entretenimiento, opte
por bajar el emulador y los ISOs de algunos juegos (Lo reitero: soy un pinche
codo). Después de jugar unos minutos Gradius V, descubrí algo que muy
probablemente otras personas ya habrán notado: Japón domino los juegos por diez
años e invicto.
Tanto Sony, como Nintendo, decía atreves
de sus juegos como se tenía que vivir una aventura virtual. Konami, Capcom,
Squaresoft (Eventualmente SquareEnix), Bandai y Samy eran los reyes, realizando
juegos tan coloridos y únicos, después de que los occidentales cayeron de la
gracia en los 80´s (Gracias al Atari e E.T.) y casi matan la industria de las
consolas de juego.
Pero también fue como que el
momento idóneo para ellos. Estaba fuerte el anime y era difícil ver series.
Solo había dos maneras: piratería o el amiguito rico que se podía pagar el Sky
con el canal de anime (Y el Venus).
No voy hacer la lista de “Los Imprescindibles”
porque ya lo dije, nunca tuve un PS2. No por mamón. Si no, porque tenía el Xbox
y no le veía necesidad de tener otra consola. Además de que tenía amiguitos que
me invitaba a su casa a jugarlo.
Creo que lo que le dio en la
madre toda esa época bonita de la Fuerza Nipona, fue la soberbia que se les
hizo tras haber dominado una década y media en cuestión de entretenimiento.
Cuando llegaron a la siguiente generación (PS3 y Nintendo Wii), se estancaron
en lo mismo. Sony oferto una consola muy cara para su momento, cosa que
Microsoft aprovecho para ganarle terreno con su Xnox 360 con un precio más
accesible, además de que muchas compañías se quejaban de que era más complicado
programar en el PS3. Nintendo ya tenía una mala racha con su consola anterior y
se recuperó con el Wii, pero el precio fue muy elevado, ya que poco a poco las compañías
programadoras empezaron a darle la espalda por su filosofía cerrada.
De pronto, esas compañías que
vendía en cantidades masivas sus épicas aventuras empezaron aburrir. De la
historia “¡Tú eres el héroe legendario que nos va a salvar!” que hacían los
japoneses, quedaron eclipsados con el estilo “Has tu propia historia” de los
occidentales (Hola, BioWare). Capcom intento imitar el estilo de juego de Gears
of War en sus Resident Evil (Y mal logrado, por cierto). Konami empezó hacer
experimentos con sus franquicias, pero con malos resultados.
El tiempo llego y cerró un ciclo
para los japoneses en cuestión de juegos. ¿Regresara esa época donde los gamers
decían que los mejores juegos venían de Japón? Lo dudo. Cada vez se ve más caótico la manera en que se distribuye un juego. Aunque al menos viví una época muy bonita
a la cual le tengo el bonito cariño.